Me despedí de Consuelo esa tarde, pero no podía dejarla expuesta a esa situación. Lo primero siempre es creer en nuestras niñas y niños, así que al día siguiente comuniqué al Departamento de Consejería Estudiantil-DECE lo que ocurría -hay protocolos de actuación y debemos aplicarlos de inmediato- y denuncié en la Fiscalía. El DECE empezó el acompañamiento a Consuelo y su familia, hizo el informe sobre la situación de violencia y puso al tanto a las autoridades de la institución mientras la denuncia en Fiscalía seguía su camino.
El caso de Consuelo aún sigue en juicio, pero ella al sentir que le creyeron y que intervinieron las autoridades se sintió segura. Además, en la institución hemos hecho un trabajo de acompañamiento entre docentes y autoridades para que la vida de Consuelo pueda ser reparada.
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